Los latinoamericanos nos identificamos de una manera muy especial y respetuosa con nuestros símbolos, pues obtenerlos nos costó cientos de años, sangre y crueles batallas; sin contar que los colonizadores poseían una mayor porción de cultura en común y armas más avanzadas.
Conocer y querer a los símbolos patrios como el escudo de México es importante para la educación de todos los habitantes de una nación; el conocimiento de aquellas formas y diseños que en conjunto nos narran los eventos y características principales de la historia y la cultura de nuestros pueblos son parte de lo que despertará en ellos el sentimiento nacionalista en las buenas y las malas.
Es eso lo que, si algún día deben irse de su territorio de origen, los hará sentirse especiales, despertarles nostalgia y representar orgullosamente la tierra de donde vienen, el lugar que los vio crecer y la porción del planeta que más quieren.
Si bien las banderas y escudos nacionales, suelen ser símbolos universales para identificar a los países, cada cual distinto, con historias o características similares en ocasiones pero con aspectos distintivos.
Los vemos en cada competencia deportiva, concurso o reunión de naciones: fanáticos, atletas, artistas de todos los gremios, académicos y embajadores las portan por igual, llenos de orgullo al hacer notar que su país se encuentra presente. Los escudos y banderas de los Estados y Ciudades conforman de manera más íntima la identificación de las localidades de un país
Es por ello que hoy te traemos uno de los escudos mexicanos más representativos de la historia de México:
El escudo de Ciudad de México
Establecido en marzo de 1995, está basado en la morfología de la ciudad, a través de un azul representativo de la gran laguna sobre la cual descansa la ciudad, con un castillo dorado y tres puentes de piedra con dos leones a los lados, representando la herencia cristiano-española que dio origen a la ciudad, junto con varias “hojas” de cactus características de las plantas criollas de México.